Ahí anda Irene vestida de blanco
furiosa buscando a su amado.
Con sus piernas pateando las olas
con sus manos los montes peinando.
Sus lagrimas crecen los rios
su llanto desborda los lagos.
Sus gemidos, voz de trueno
amedrenta a los mortales.
Anda al norte a buscarlo a otros mares,
los cielos naranja te van a alumbrar
El aire más fresco será tu consuelo,
de seguro podras descansar.
2 comments:
Genial !!! Al mal tiempo buena cara.
Tremendo. De poetas y locos los Rodríguez tenemos un poco.
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