Esa manía de inferir...

Ya lo hice de nuevo. Esa semana comenzó el proyecto y por supuesto las tareas llovian. Y ¿Donde anda fulano? No viene. Llamó que estaba enfermo. ¿Enfermo pero si la semana pasada estaba aquí? No lo dije en voz alta pero en mi mente me lancé a inferir haciendo alardes de mi capacidad para conocer la psicología de la gente. ¡Que listo! Y nos dejó aquí espetaos. Cuento largo corto la próxima semana llegó más chupao que un bembeteo. Me cogió la influenza me contó y estuve en el hospital 3 dias. Los ojos se le habian metido más hacia dentro en los huecos y todavía andaba pálido. ¿Qué es lo que hay que hacer? - me preguntó... Que muchos años han pasado, y que mucho me queda por aprender...!